sábado, 23 de mayo de 2020
Capítulo 4
Carlota está muy sorprendida por la osadía del chofer. Gonzalo padre con el rostro desencajado por la rabia se quiere lanzar al cuello del amante de su hijo mientras que lo insulta de la peor manera. Dolido por la herida de su alma y de su brazo, Gonzalo se mete en medio:
--¡¡Ya Juan... tú y yo nos vamos de esta casa¡¡
--¿¿¿qué? ¡¡tienes a tu padre en tus manos... aprovéchate¡¡
Gonzalo mira a su padre triste y le dice:
--vamos a dejar las cosas así, esto será un secreto entre nosotros...
El agresor mira a su hijo con desprecio:
--¡¡pues ni pienses que te lo voy a agradecer¡¡¡Lamento no haberte matado, quiero que te vayas de mi casa, desde hoy no eres nada mío¡¡mañana mismo cambio mi testamento¡¡
Juan está horrorizado:
--¡¡maldita sea, ahora no¡¡muere ya¡¡¡viejo¡¡ --piensa.
--A mi no me interesa tu dinero --Gonzalo.
--ya... pues ahora que has caido en un mundo de drogas y perversión... a ver como los pagas... --con desprecio.
--Yo soy una persona sana, viejo.
--¡¡ja¡¡degenerado¡¡
--¡¡el que ame a un hombre no implica que me drogue¡¡
--¡¡no te quiero oír, vete y ahorrame el horror de volver a verte¡¡
Muy herido y triste, el guapo hombre dice:
--tranquilo, sé que te doy asco y después que has querido matarme tú tampoco eres mi padre...
Padre e hijo se miran con rencor. Gonzalo padre se da la vuelta. Se gira antes de irse y dice:
--¡¡vete, pero te vas con lo puesto¡¡nada de lo que hay aquí es tuyo¡¡
Cuando ya están a solas, Gonzalo le pide a Juan que le ayude, que le ate una camiseta a la herida para que no sangre tanto.
--esta herida está fea --le dice Juan mientras le ata la camisa.
--no parece profunda...
--igual... ahora mismo te llevo al hospital...
--Gracias por preocuparte pero no hace falta...
Juan no está preocupado por él sino por el dinero que supone:
--una herida de bala es una herida de bala... ahora mismo vamos a curartela...
Aunque con un solo brazo no se maneja bien, Gonzalo se va vistiendo:
--ya te he dicho que no...
--¡¡pero alguien te la tiene que curar¡¡
Gonzalo está triste:
--si yo muriera mi padre estaria feliz...
--¡¡pues yo no¡¡
El supuesto amor de Juan anima a Gonzalo:
--te dolería que me pasara algo?
--Claro que sí... yo te quiero tanto...
Gonzalo se refugia en sus brazos, lo abraza:
--nada me importa si te tengo a ti. Te amo tanto... todo lo daría por ti...
El guapo hombre no se da cuenta de la cara de odio del otro que dice para sí:
--todo lo vas a dar, luego cuando me quede con la herencia de tu papá... ya te puedes morir...
Juan sigue fingiéndose enamorado:
--por lo mismo te pido que vayamos a un hospital...
Gonzalo se levanta y dice:
--¡¡no¡¡
Juan intenta apelar al amor de Gonzalo para lograr que él haga lo que quiere.
--si me quieres hazlo...
Gonzalo lo acaricia muy enamorado:
--tu sabes que eres mi vida pero no me pidas eso... Es que si vamos al hospital voy a tener que poner la denuncia...
--claro de eso se trata...
--¡¡yo no voy a denunciar a mi padre¡¡
--¿y entonces?
--¡¡¡tu y yo nos vamos¡¡
---pero
--nada... --lo interrumpe Gonzalo.
Juan esta desesperado. Con un calcetin en la mano agarra la pistola:
--Aquií están sus huellas con esta pistola podemos mandar a tu padre a la cárcel o como mínimo que nos acepte...
--tú no le haras nada a mi padre...
--¡¡él casi te mata, y encima lo defiendes?¡
--Yo no lo defiendo pero sí uno de los dos es un animal es él y se lo voy a demostrar... voy a olvidar este asunto y no quiero saber de él ni de su dinero...
--¿¿¿¡que?¡¡¿y de qué vamos a vivir?
--Yo he trabajado duro, tengo mis ahorros, podemos ir tirando hasta que yo encuentre un trabajo porque a la empresa no pienso volver y tú encontrarás otro trabajo... eres un buen chofer...
--¿¿¡eso es todo lo que quieres para nosotros?¡
--si me amas aceptarás el dinero que yo pueda darte...
Juan está furioso:
--¡no¡¡ --dice para sí-- el viejo se tiene que morir ya y aquí no pasa nada. Desde que este me ha echado a perder no puedo quedarme en la calle....
Gonzalo está molesto por la aptitud de Juan. Agarra la pistola y borra las huellas de su padre:
--ahora solo están mis huellas... yo me voy... un amigo mio doctor me curará y seguro que nos deja quedarnos en su casa hasta que encontremos un departamento...
Juan lo mira en silencio, está molesto.
--¿¿y bien?¿te vas a venir conmigo?
--si claro --dice nada convencido-- tú ve a recoger tus cosas, yo preparo las mias...
--no, ya has oido a mi padre, por fortuna en los pantalones tengo mis papeles y mis tarjetas, no necesito más¡¡recoge solo tus cosas y nos vamos...¡¡
Juan está furioso. No se quiere ir de la casa:
--pero tampoco puede dejarlo así como así, como mínimo me tendrá que dar sus ahorros pero yo no me he sacrificado por nada...
Gonzalo padre entra en su dormitorio. Se siente muy mal. Carlota lo ayuda a tumbarse en la cama.
--debió usted creerme...
--¡¡era mi hijo¡¡¿¿cómo iba a pensar yo...?
--seguro que no es su hijo...
--¡¡no... mi esposa no me pudo hacer eso¡¡
--tranquilo... yo estoy a tu lado...
--¡¡necesito un hijo, un heredero y quiero que tú me lo des¡¡quiero que te cases conmigo¡
Aunque se muestra amorosa es la ambición la que lo domina.
--si, sí... claro...
Juan con una pequeña maleta y Gonzalo dejan la casa.
--también dejaras el carro.
--claro que no... el carro lo compré con mi trabajo...
-menos mal...
--no tengas medo... estamos juntos y podemos trabajar... ya no nos tenemos que ocultar como tu querías...
Juan fuerza una sonrisa.
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