domingo, 24 de mayo de 2020

Capítulo 13






Después de firmar el acta, Juan le hace las cositas que le gustan a Gonzalo para tenerlo contento y que olvide el documento que ha firmado que guarda en una carpeta y luego entre sus cosas...
Emilio está soñando. Sueña con Gonzalo. Los dos son compañeros de cuarto, duermen en literas. Gonzalo duerme en la de arriba. Está desnudo aunque sus partes bellas las cubre la sábana. Tiene los brazos bajo la nuca haciéndole de almohada. Emilio se sienta a su lado. Le excita la semidesnudez de él, sus axilas no depiladas.
--¿que te pasa? --pregunta Gonzalo seductor.
--es que te tengo que contar algo...
--pues dilo, a mi me puedes decir lo que quieras...
--Es que tengo miedo que te enfades...
--Yo nunca me enfado, me gusta que seas sincero --dice Gonzalo con una sensual sonrisa.
--Te amo, me enamoré de ti el primer día que te vi... Te amo y no concibo mi vida sin ti...
Gonzalo lo mira con cariño y se besan.
--Eres mi principe --dice Emilio enamorado.
Se abrazan intensamente y después se besan nuevamente. Se  besan con pasión. Luego Gonzalo se coloca sobre Emilio para hacerle el amor...
Emilio abre los ojos con una sonrisa. Luego vuelve a la realidad, la frustrante realidad. La de su soledad.
--¡¡¿¿porqué?¡¡¿porqué??¡ ¡¡que rabia¡¡
Emilio salta de la cama, está feliz por el sueño tan bonito que ha visto pero también le duele que se haya acabado.
Semanas después, en una discreta ceremonia en el registro Civil, Gonzalo y Juan se unen en matrimonio. Francisco es el único testigo conocido de la pareja. Gonzalo está entusiasmado, sonríe de oreja a oreja. Es el sueño de su vida. Ahora más que nunca está seguro que Juan lo aman y que van a ser felices por siempre. Juan se muestra contento. No le importa besarse con él en público salir tomados de la mano. Gonzalo lo abraza en la calle:
--gracias por ese momento de felicidad... Gracias por todo lo que me has dado, Juan.
Juan lo acaricia con un falso amor:
--No, gracias a ti por todo lo que me has dado tú.
Gonzalo suspira enamorado y besa a Juan. Los ojos de Juan brillan con ambición:
--Por fin llegó mi hora maldito --dice para sí-- ¿¿¡qué pensarás cuando no me encuentres? ¡¡imbécil¡¡gracias a ti por la fortuna que me regalas... tú vas a ser un muerto de hambre y en cambio yo en pocos días más voy a estar de vacaciones con mi bombocito y odiandote más que nunca¡¡

Por su lado, Emilio acude a la consulta de una hechicera.
--Hola, soy Maruja... ¿qué puedo hacer por ti?
--Me gustaría saber si voy a ser feliz...
--A ver dime... cuéntame tu vida... ¿qué te pasa?
Emilio se sorprende mucho:
--¿¿cómo? creí que usted adivinaba...
--si claro... pero tú me tienes que ayudar...
--Bueno... no es muy lo que tengo que decir... No tengo papá y mi mamá murió hace unos meses... Quiero enamorarme de un chico, un chico guapo... Muy guapo... Pero no tengo suerte...
La vidente tira las cartas. Emilio no cree en estas cosas, pero hace días que no sueña con su chico guapo y se siente muy triste. Necesita un estímulo para seguir tirando y espera la vidente se lo dé.
--tú tienes sueños... Me refiero a sueños cuando duermes... que sueñas cosas especiales... que te gustan mucho.
Emilio pone los ojos cómo platos:
--¿¿usted como sabe??
--mijito, yo no sé nada... Pero las cartas sí... Las cartas lo saben todo... Las cartas saben porqué has venido...
Maruja va destapando las cartas mientras con voz muy seria dice:
--veo ilusiones... un amor que te espera, que tú deseas y que vais a ser muy felices...
Emilio está muy emocionado:
--¿¿un amor?¿dónde?¿está bueno?
Maruja sonríe y sigue destapando las cartas:
--si está bueno... las cartas me dicen que te va a gustar mucho... que es el hombre que tu esperas...
A Emilio ya se le ha olvidado que él no cree en esas cosas. Está muy ansioso:
--¿¿donde está ese hombre que me espera?¿cuando lo conoceré?
--Lo conocerás muy pronto... es el hombre que te corresponde por destino... No tengas miedo... él te va a hacer feliz... Cuando llegue a tu vida lo vas a reconocer y te darás cuenta que siempre lo has estado esperando...
--¡¡si es guapo claro que siempre lo he esperado¡¡¿¿dónde lo conoceré?
--en un viaje... vas a hacer un viaje...
Emilio se decepciona:
--¿un viaje? Yo no viajo nunca... --solloza.
Emilio casi llora. Ya se había hecho a la idea que iba a cumplir su sueño y ahora se convence que eso no va a pasar nunca.
--lo harás... tú estate atento a los sueños y de aquí a un mes tendrás un sueño en el que viajas... ese sueño te dirá el lugar en el que te está esperando tu amor...
Emilio llega a su casa ansioso. Sólo piensa en dormir...

Juan y Gonzalo están ya en casa de Francisco.
--que buena onda tu amigo que nos ha dejado el departamento  para la noche de bodas  --dice Juan con ironía.
--si bueno... a mi me hubiera gustado podido darte una boda bonita...
Juan le acaricia los labios con un falso cariño:
--a mi lo único que me importa es que te amo... ¡¡eres mi marido¡¡te amo tanto¡¡
Gonzalo se mira la alianza que tiene puesta y acaricia la mano en la que la tiene Juan.
--te quiero tanto... Tú me conociste siendo rico y finalmente ni siquiera puedo pagar una habitación de hotel para nuestra noche de bodas...  para mi es muy importante que te hayas querido casar conmigo a pesar de la ruina en la que estamos... a pesar que ni siquiera tendremos luna de miel...
Juan le besa fingiendo amor:
--te tengo una sorpresa...
Gonzalo lo abraza emocionado:
--¡¡me encantan las sorpresas¡¡
Juan saca unos pasajes de avión. Gonzalo lo mira sorprendido:
--¿y esto que es?
--Esto es nuestra luna de miel... Son unos pasajes para Niza. Tenemos habitación reservada... ¡¡claro que vamos a tener luna de miel¡¡Tú te la mereces¡¡
Juan se muestra ilusionado pero Gonzalo está sorprendido:
--¿de dónde has sacado esto?
--que pasa ¿es que no te gusta mi sorpresa?
--No es eso... ¿de dónde has sacado el dinero?
--pedí un adelante en el trabajo...
--¿y porqué has hecho esto?
--Porque te amo y te merecías esta sorpresa y te la quería dar.
--mi amor...
Gonzalo besa a Juan y se tira sobre él... Gonzalo está tan feliz que no piensa en nada. Juan sonríe con ambición:
--eres un imbécil --dice para sí-- trabajar ¿yo? Me trabajo tú dinero... si supieras que ese dinero del viaje que tan feliz te hace me lo han dado como adelanto de la herencia que te voy a quitar...
Juan se deja hacer cosas con Gonzalo con una sonrisa.
--disfruta de mi cuerpo cerdo... --dice para sí-- dentro de poco ya no me volverás a ver y yo tendré todo tu dinero...
Gonzalo está contento porque nunca vio a Juan tan sonriente mientras le practica el sexo oral.

Emilio está nervioso. No tiene espera y se va a la cama temprano. Está deseando soñar confia en que esa noche tenga el sueño del que le habló la vidente. Le cuesta mucho dormir. Da vueltas por la cama. Finalmente se duerme y amanece un día más. Emilio despierta de muy mal humor.
--¡¡mierda¡
El chico se desespera porque no ha tenido ningún sueño con su chico guapo.
--¡¡maldita vidente de pacotilla¡¡¡¡eres un imbécil¡¡¿¿porqué has creido en ella?¿porqué?
 Mientras, Juan y Gonzalo como una pareja de enamorados más van hacia su luna de miel.

Algunos días después... Emilio está durmiendo. Ya duerme tranquilo. Vive pendiente de sus sueños pero ya está seguro que no se harán realidad. Está frustrado porqué no sueña con el chico Guapo, con Gonzalo. Esa noche por fin sueña con él. Los dos están casados. Viven en un humilde departamento. La casa está llena de fotos de alguien sin cara, es algo que le molesta a Emilio:
--¿¿cuando vas a sacar estas fotos?
--Nunca a mi me gustan...
--¡¡pero a mi no¡¡
Emilio va a sacar las fotos:
--¡¡deja ya las fotos en paz¡¡
--¡es que no me gusta que pienses en otro¡
--¿¿y que más te da si tú te vas?
--¿me voy?
--Si claro... ¿lo olvidaste? Mañana te vas a Niza...
--¿porqué?
Emilio se despierta con una sonrisa en los labios:
--Niza... ¡es en Niza dónde me espera el amor¡¡

No hay comentarios:

Publicar un comentario