domingo, 24 de mayo de 2020

Capítulo 23







Gonzalo mira a Emilio:
--si no te gusta el auto no hace falta que me mientas...
Se acerca a Emilio coqueto. Le acaricia el pecho:
--es como si para decirme que no quieres hacer el amor me dijeras que no sabes... Eso tampoco te lo creería...
Los dos se miran seductores, aunque Emilio está algo asustado. Teme que se vaya a descubrir la verdad por esa tontería.
--es qué...
Emilio no sabe qué decirle para justificarse. Gonzalo está un poco triste:
--ni modo... yo te quería dar la sorpresa, pero si no te gusta... Te puedes comprar otro... Lo conduces y si no te gusta pues yo mismo te llevo al concesionario a cambiarlo... pero no me lo rechaces que yo lo he comprado con mucha ilusión...
--no es eso... es que no me gustas que gaste para mi...
--¿porqué? tú has gastado tus ahorros en esta agencia, no quieres que pague el alquiler ni del local ni del apartamento... ¿porqué? No me gusta sentirme un mantenido...
Emilio no le puede decir que en realidad no paga alquiler ni de una cosa ni de otra porque el dueño es él.
--bueno, en los otros gastos vamos a medias --dice Emilio para justificarse.
--si, eso es otra cosa que no me parece justo... ya que tu pagas una cosa pues yo almenos...
Emilio no lo deja seguir. Lo besa y lo abraza:
--ya mi amor. Es que es mi forma de demostrarte que te quiero, que eres lo máximo para mi...
Gonzalo lo mira con orgullo. Le gusta que le diga esas palabras:
--ya me lo demuestras, y a mi también me gustaría demostrártelo...
Emilio lo acaricia:
--ya lo haces, me lo demuestras amándome como me amas...
--Pero no tiene nada de malo que te quiera comprar un auto...
--es que el auto me gustaría que fuera para ti....
--ya pero es que teniendo chofer pues no veo porque deba conducir yo... ¿no te gustaría recordar viejos tiempos?
Emilio está muy nervioso. Sabe que cualquier cosa que diga puede perjudicarle y mucho:
--a mi me gusta vivir el presente.
--Y a mi también --dice Gonzalo mimosón mientras lo besa y lo abraza-- pero me encanta recordar como nos conocemos, yo el señorito y tú mi chofer... Así me enamoraste...
Emilio lo mira nervioso:
--chofer, tenia que ser el tal Juan... ¡¡¡¿y ahora cómo le digo que no sé conducir? --piensa.
Gonzalo se porta muy cariñoso:
--venga, hazlo por mi...
Emilio lo mira asustado:
--está bien... esperame en el auto que voy al baño y cierro la agencia...
Gonzalo lo mira emocionado. Emilio se encierra en el baño. Cierra lo ojos:
--tengo que hacerlo... sino lo hago me van a descubrir...
Por Gonzalo es capaz de todo así que con toda la fuerza y toda la rabia se da un buen golpe en el brazo derecho con la pared. El golpe es certero y brutal. Cae al suelo retorciéndose de dolor. Alertado por los gritos Gonzalo corre hacia él:
--¿¡que pasó? --le pregunta angustiado yendo hacia él.
Emilio está muy adolorido.
--creo que me rompí el brazo... y el derecho... No voy a poder conducir...
Gonzalo lo ayuda a levantarse:
--eso es lo de menos... tenemos que ir al hospital... pero ¿¡qué te pasó?
--me resvalé y me caí...

Al rato los dos hombres llegan a su apartamento. Emilio tiene el brazo escayolado.
--que mala suerte que te hayas roto el brazo por una estúpida caida... --Gonzalo.
A pesar del daño que le ha hecho la auto-lesión, Emilio se siente tranquila:
--que pena... no podré conducir en ves a saber cuanto tiempo...
Gonzalo lo ayuda a tumbarse en la cama y él se sienta con él:
--mientras lo conduciré yo...
Emilio sabe que no está todo solucionado:
--me tengo que sacar el carné... ahora me tengo que sacar la teórica para poder hacer la práctica cuando me saquen la escayola... Gonzalo no va a descubrir por esa tontería --dice para sí.
Gonzalo le dice con mucho amor:
--en que tanto piensas?
Emilio lo acaricia con la mano que tiene sana:
--es que me gusta que me consientas.
--pues eso es un gusto para mi... --dice muy enamorado.
Gonzalo besa y cubre a Emilio con su cuerpo con cuidado de no lastimarlo.

Justo cuando a Emilio le sacan la escayola y a pesar que no está del todo bien, Emilio comienza las prácticas y cuando ya el médico le dan el alta, Emilio tiene el carné en la mano. Lo aprueba todo a la primera. Tiene miedo la primera vez que tiene que conducir solo con Gonzalo, teme que él descubra que es un novato y no un conductor nato como se supone pero por amor Emilio se esfuerza y a Gonzalo le parece genial todo lo que hace Emilio. Así va avanzando el tiempo y Emilio y Gonzalo se aman y son ya el uno del otro.






 El atractivo Gonzalo se está dando una ducha.  El agua fría cubre su cuerpo de una escultural belleza. Cuando ya está totalmente mojado, se va cubriendo de jabón. Lo hace lentamente, sabe que aunque en el baño está solo, alguien lo está mirando.  Emilio con la puerta entreabierta va espiando al guapísimo Gonzalo. Éste, aunque le hace gracia sentirse tan deseado, no entiende la actitud de Emilio:
--es mi esposo --piensa mientras el agua lo cubre-- ¿porqué a veces se comporta como si no lo fuera, cómo si yo fuera un extraño para él, cómo si recién me estuviera conociendo?
Gonzalo ya le ha dicho muchas veces que se puede duchar con él pero Emilio le gusta mirarlo a escondidas. Ese hombre le gusta mucho, y aunque le encanta ducharse con él, admirar su belleza bajo el agua es algo que le apasiona:
--es tan guapo --dice Emilio-- es una maravilla de la creación, deberían nombrarlo monumento nacional.
Le gusta ver como Gonzalo cubre con jabón su cuerpo, como va cubriendo de blanco con sus manos su fornido pecho, sus duras piernas, su bien formado trasero, absolutamente todo. Le encanta ver a ese hombre tan guapo totalmente cubierto de jabón, en especial su parte céntrica que es la que más le gusta. Luego le pone muy cachondo cuando Gonzalo va aclarando su cuerpo, le gusta ver como el agua enjabonada se desliza por ese hombre que es todo un monumento a la belleza. Le encanta ver como Gonzalo se toca sus partes sexuales. En esos momentos para Emilio es como si el tiempo se detuviera. Aunque no entiende el cambio del que cree su esposo, Gonzalo ya se ha acostumbrado. Le gusta esa forma de hacer de Emilio aunque no se corresponde al hombre con el que se casó. Emilio siente mucho deseo por ese hombre de belleza exquisita pero también amor. Sí, es cierto que lo que en principio le atrajo de ese hombre de sus sueños es que es muy guapo. Porqué lo es. Pero día a día la belleza de Gonzalo le ha llegado al alma. Se está enamorado. Había soñado muchas veces con Gonzalo, eran sueños  eróticos que antes de conocerlo lo llenaban de dicha. Esa era su máxima felicidad, sólo aspiraba a que esos sueños fueron diarios y muy largo. Era feliz a su modo pero luego se sentía frustrado cuando despertaba y se encontrado mojado y solo. Ahora vive esos sueños en carne propia y con el hombre con el que quiso tener. Son sueños que no acaban nunca y que cuando despierta no lo hace solo. Disfruta con ese amor, con ese regalo que le ha dado la vida, con esa felicidad que esta sintiendo pero tiene miedo. Sabe que si Gonzalo descubre la verdad lo consideraría una traición:
--no soportaría --dice Emilio para sí-- que esos ojos que ahora me miran con amor, llegaran a mirarme con odio.
Emilio mira con pasión a Gonzalo. Lo mira con profundidad y deseo. Goza, goza y piensa.
--Amor --dice Emilio para sí-- ¿¿cómo es posible que un hombre como él, un hombre tan guapo sienta amor por mi que soy tan poco cosa??
Emilio de repente se entristece.
--No es a mi a quien quiere... --dice para sí-- es al otro...
Emilio desea vivir al día, pero teme. No sabe por cuanto tiempo podrá sostener esa mentira, la mentira que él no es el hombre que Gonzalo cree, que no es su esposo. Gonzalo sí ha notado diferente a su esposo, nota que es más atento y lo quiere más pero jamás podría imaginar que existían dos hombres iguales, dos hermanos que no saben de su parentesco y de vieron por casualidad. Y por esa misma casualidad resultó que uno tenía lo que el otro más deseaba y no valoraba. Gonzalo era eso que el otro tuvo y despreció y Emilio deseaba con todas sus fuerzas como un sueño y no lo desaprovechó.
--Juan, ¿no vienes?
Gonzalo finalmente habla. Ya está acabando de ducharse y desea que su esposo, más bien el que cree su esposo vaya con él. Emilio no quiere pensar, le molesta cuando oye el nombre del otro, se siente mal por estar engañando a un tipo como Gonzalo, al único hombre que lo ha querido .Desnudo frente a Gonzalo lo mira, le dice una y otra vez lo mucho que lo ama. Los dos bajo la ducha se regalan caricias, besos y dulces palabras. Emilio aferrado a Gonzalo sólo piensa en él. Sus bocas se buscan la una a la otra, es un intercambio de amor, de saliva, de todo. La mano de uno se deleita con el cuerpo del otro. Se devoran con caricias y con besos de fuego. Luego van a la cama y hacen el amor, como siempre. Son un solo cuerpo. Emilio acaricia con sus dedos, con sus lenguas cada mílimetro de piel del cuerpo de Gonzalo. Le encanta tener a Gonzalo bajo su poder.   Le besa en el cuello, le acaricia el pecho, le muerde los pezones... lo va llenando de besos hasta jugar con su ombliga y llegar al sexo en donde llena su boca del arma de él.  Y luego le toca el turno de Gonzalo. Emilio grita al ser recorrido por ese hombre guapo al que tanto quiero. Los jadeos se confunden con las palabras de amor, mientras Gonzalo profundiza en ese cuerpo. Y se ama y disfrutan. Y una vez y otra. Y es que Emilio nunca se cansa, día a día Gonzalo cumple su sueño y Emilio se lo agradece amándolo cada día con más intensidad. Después de hacer el amor Emilio y Gonzalo se quedan el uno al lado del otro. Se miran, están cansados pero felices. No dicen muchas cosas. A veces Gonzalo le pregunta: "como estás?. Y Emilio le responde: "estoy en un sueño". Y Gonzalo lo mira enamorado. Están los dos juntos en silencio, muy abrazados, muy pegados, muy felices. Gonzalo duerme a su lado con tranquilidad.  No sabe que cuando duerme Emilio siempre lo mira preguntando si podrá envejecer a su lado, su podrá amarlo toda la vida como él desea. Teme que Gonzalo lo descubre.
--¿y si Juan regresa? --no deja de preguntarse Emilio-- ¿y si pertenece a alguna mafia o algo así?
No teme, no piensa abrazado a él. Los dos desnudos en la misma cama, son un solo cuerpo. Piel con piel, alma con alma. Emilio se siente protegido en sus brazos. Mentirá, hará todo lo posible por seguir a su lado. Lo amará con la misma fuerza hasta que pueda. Desea que sea eterno, no le gustaría que ese amor acabara mal. A veces sueños y esos sueños que antes eran bonitos ahora estan llenos de sangre. Teme que eso sea una premonición, no le gustaría que le pasara algo malo al hombre que tanto quiere. Confía que sí algo malo tiene que pasar sea a él, a él no le importa. Cualquiera que sea al precio que tenga que pagar por haber amado a Gonzalo lo pagará sin problemas porqué habrá merecido la pena.

Emilio y Gonzalo salen de su apartamento como siempre muy felices y abrazados salen de su casa. La policia se acercan a ellos. Miran a Emilio:
--es usted Juan Del Campo Martinez?
Muy asustado Emilio dice:
--sí.
--está usted detenido acusado de extorsión y estafa.
Emilio y Gonzalo se han quedado helados.

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