domingo, 24 de mayo de 2020

Capítulo 22


Emilio y Gonzalo están en la puerta del apartamento que compró Emilio. El falso Juan pone las llaves en manos de su guapo y supuesto esposo.
--abre tú... quiero que te sientas en tu casa...
Gonzalo mira enamorado a Emilio:
--nuestra casa... es nuestra casa...
Para Emilio cada día al lado de Gonzalo es una nueva ilusión, como una vida nueva llena de felicidad. Se besan. Gonzalo abre la puerta. Emilio iba a entrar pero Gonzalo le agarra del brazo.
--pasa algo, mi amor? --Emilio preocupado.
Gonzalo le acaricia la mejilla muy dulcemente:
--Estamos recién casados y esta es nuestra primer hogar, quiero hacer las cosas bien...  Bueno... no me dejaste hacerlo en la luna de miel pero ahora has cambiado... Yo sé que al nuevo Juan que eres ahora sí le gustaría...
Emilio lo mira asustado. Se pone nervioso cada vez que su amado le habla que parece otro.
--¿porqué hablas como de un antes y un después?
--No me lo tomes a mal pero es que lo hubo... No sé que fue lo que te pasó pero algo ocurrió en la luna de miel y estás transformado, eres otro...
Emilio fuerza una sonrisa para que el guapísimo hombre no se dé cuenta que algo le está pasando:
--es que tenía mucha presión encima pero al sentirte mío me dejé llevar y descubrí lo mucho que te amo...
--pues me alegro...
--dime una cosa... ¿te gustaría que fuera el Juan de siempre?
--¡¡No¡¡
Es un No enérgico que le sale del alma y emociona mucho a Emilio.
--Yo te quise mucho siempre ya lo sabes pero a veces me sacaba de quicio que fueras tan frío y ahora... eres muy pero muy caliente y me encanta...
Los dos se miran muy seductores y se besan.
--venga, vamos...
Gonzalo carga en brazos a Emilio que le toma de sorpresa.
--¿¿qué haces??
--cumplir con la tradición... --dice Gonzalo divertido.
Emilio se siente muy feliz en brazos de su amado. Feliz como nunca. Gonzalo deja a Emilio en la sala y los dos se abrazan. Emilio no se cansa de besarlo y de dar gracias a la vida por ponerlo en su camino. Lo mira con amor, con agradecimiento, con devoción.
--gracias por cumplir uno a uno todos mis sueños... --Emilio.
--¿y se puede saber cuales son tus sueños?
--tu, amarte a ti, que me ames a ti...
--Amarme es un sueño para ti? --feliz.
--asi es...
--pues tiene gracia --Gonzalo.
--el que?
--que para mi también es un sueño que me ames... Yo siempre te amé pero solo ahora sé que tú a mi me amas...
Gonzalo va mirando a su alrededor:
--no está nada mal... Me gusta...
--¿sí?
--Así estaremos los dos muy juntos.
Se abrazan y se vuelven a besar.
--Tu amigo se ha portado bien con nosotros... Me encantaría conocerlo... ¿porque no vamos a cenar un día los 3?
--¿los 3?¿con mi amigo? --nervioso.
--Si claro... es lo normal después de lo bien que se ha portado con nosotros... Sé que lo ha hecho por ti... a mi ni me conoce, no sé me gustaría conocerlo...
--No te pongas celoso... nunca hubo nada... Yo te amo a ti.
Gonzalo le sonríe:
--lo sé... sé que tú me amas a mi pero no sé... es que te pones demasiado nervioso cuando hablo de él y me tienes intrigado...
--te equivocas --dice Emilio visiblemente alterado.
--si tú lo dices... pero bueno, ese no es el caso... Nunca he conocido a nadie de tu entorno, familia, amigos...
--¡¡ya te he dicho que no tengo familia¡¡
--lo sé pero pensé que tampoco tenias amigos, así que es normal que lo quiera conocer...
--si claro normal...
Gonzalo se da cuenta que su amado oculta algo pero nunca imaginaría qué.
--Pasa algo con tu amigo cuando conoceré a tu amigo...?
--se fue de viaje...
--hum... ¿y como se llama?
--Emilio... Emilio Martinez... --dice nervioso.
--Pues debe ser muy amigo tuyo porque te ha dado mucho y ni siquiera lo conoce... ¿no estará enamorado de ti?
Emilio lo abraza más tranquilo:
--me encanta que estés celoso...
--es que me gustaría saber cuan importante es ese otro hombre para ti...
--Tú eres el único hombre verdaderamente importante para mi... a él.... pues, le salvé la vida... lo iba a atropellar un carro y yo lo salvé... Por eso nos ha querido ayudar ahora...
--que bueno... ¿nos damos un duchazo?
--vete tú... luego voy yo... me encanta verte en la ducha...
Los dos se miran con complicidad. Mientras Gonzalo se aleja Emilio le da una palmada en el trasero y Gonzalo le sonríe. Aunque le pone muy nervioso que lo vayan a descubrir está disfrutando demasiado. Mientras Gonzalo se desnuda y se mete en la ducha, Emilio está en la recámara: tiene una billetera en la mano.
--tengo que encontrar un sitio seguro para esconder la billetera de Emilio... Gonzalo no la debe descubrir nunca... nunca...
Gonzalo se está duchando feliz de la vida. Acaricia su cuerpo con las manos cubriéndolo de jabón. Piensa en todos los momentos felices de su romance con Juan pero instintivamente los únicos momentos que recuerdan son los que ha vivido con Emilio, es como si supiera que son dos, como sí ya hubiera olvidado al hombre con el que se casó. Gonzalo sonríe enamorado:
--nunca esperé que pudiera ser tan feliz en mi matrimonio.
Gonzalo tiene una sonrisa de enamorado que no puede con ella. Emilio está ya fuera mirando a su chico. Verlo desnudo, cubierto de jabón y agua y con una sonrisa seductora lo enciende de pasión. Se desnuda ya armado y va a por él. Se devoran con besos y abrazos baja la lluvia de la ducha.
















Semanas después... Emilio está en la agencia de publicidad que ha montado para Gonzalo y que maneja éste último pero Emilio trabaja con él mano a mano. Lo extraña mucho. Gonzalo entra en ese momento y con su sonrisa lo ilumina todo. Emilio y Gonzalo se abrazan y se besan como si hiciera siglos que no se viera.
--carajo Juan... que recibimiento...
--¿es que no me has echado de menos?
Los dos se miran muy enamorados:
--sabes que sí...
Gonzalo lo toma de la mano:
--te tengo una sorpresa...
--¿cual?
--ven... vamos...
Los dos salen tomados de la mano. Se paran frente a un auto.
--¿¿qué te parece?
--Muy lindo... Que bueno que te compraste un auto, te le mereces...
--Bueno, ya que no has querido que te devolviera el dinero que invertiste en la agencia y tampoco quieres que paguemos a tu amigo de mi parte del dinero...
--es que con la mía ya tenemos bastante... prefiero que tu dinero lo gaste para tus cosas...
Gonzalo le pone las llaves en la mano:
--es para ti...
Emilio lo mira con el rostro desencajado. Gonzalo lo abraza seguro que su cara es por la sorpresa.
--sabía que te iba a gustar mi sorpresa... Venga... pruebalo...
Gonzalo se dispone a subir al lado del acompañante. Emilio se queda paralizado. No sabe lo que debe hacer.
--¿¿qué es lo que te pasa??
--No sé manejar Gonzalo...
--¿¿¡¡cómo?¡¡
La cara de sorpresa de Gonzalo le indica que no debió decirle eso.

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